8 de marzo, día internacional de la mujer

Artículo David Ortega. El Imparcial. 06-03-2012

Iguales en derechos, diferentes y complementarios en realidades. Mucho hemos avanzado en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero todavía no lo suficiente, quedan algunas cuestiones importantes a conquistar. Destacaría al menos las siguientes.
En primer lugar, la que estimo la más grave de todas, las culturales, me refiero a aquellas culturas en las que la mujer está en, no solo un plano de inferioridad respecto del hombre, lo que ya es inaceptable, sino que se le ataca lo más importante que tenemos todas las personas, nuestra dignidad y nuestra integridad física. Hay todavía muchos países en los que se castra a las mujeres por el hecho de ser eso, mujeres. Sin duda esta es la primera reivindicación que hay que hacer, que tenemos que seguir denunciando a pesar de los fanatismos religiosos o culturales. Los derechos humanos son el suelo común que nos permite poder convivir con dignidad entre los seres humanos y son muchas las mujeres que no pueden disfrutar de este mínimo suelo esencial, que es su integridad física y moral.
En segundo lugar existe otra cuestión igual de sangrante, que es el tráfico de mujeres fruto de la prostitución y ésta no se produce en países lejanos de otros continentes, sino que lo tenemos en nuestras calles y en nuestros barrios, y lamentablemente en estos últimos años no estamos yendo a mejor, todo lo contrario.
Otro tema que es hoy inadmisible es el de la violencia de género. Todavía existen muchos hombres que piensan que su mujer les pertenece y por tanto la pueden pegar y maltratar. Es esta una realidad terrible, que se ha admitido y convivido con ella durante demasiados años y que hay que seguir denunciando y apoyando a las mujeres con todos los medios que tenga la sociedad.
En otro orden de cosas, pues las tres primeras cuestiones señaladas me parecen las más graves, perentorias y que requieren ya una respuesta inmediata, hay otras realidades que también debemos cambiar. Hoy las mujeres siguen sufriendo desigualdades que no se pueden permitir. Está demostrado que su trabajo profesional se sigue valorando o pagando menos, en muchos casos, alrededor de un 20 % menos. Todavía muchas mujeres tienen que soportar determinados acosos laborales y profesionales por parte de algún jefe que quiere sacar ventaja de su superioridad en el trabajo, esto es algo que todos debemos rechazar socialmente, para que cada vez sea más difícil que ocurra, aparte lógicamente de denunciarlo.
Creo sinceramente que el siglo XXI debe ser el siglo de las mujeres, no solo en la conquista del respeto y las igualdades que acabo de describir, que son obvias y evidentes, sino que todavía, aunque hemos avanzado mucho, las mujeres no desempeñan el papel que nuestras sociedades necesitan que desempeñen. Sigue hoy siendo raro encontrar mujeres en las altas cúpulas empresariales, económicas y financieras. El otro día tuve la suerte de asistir a una comida con una parte importante de las empresas más representativas e influyentes españolas, no había ni una sola mujer. Igualmente pasa en las altas cúpulas judiciales e institucionales aunque, insisto, hemos avanzado bastante, pero no lo suficiente.
La presencia mayor de la mujer en nuestro siglo XXI es imprescindible, la sociedad todavía hoy machista en muchas de sus dimensiones no funciona nada bien, demasiada violencia a veces, demasiada testosterona. Iguales en derechos, no tengo la menor duda que hombre y mujer son profundamente diferentes y complementarios, nos enriquecemos y nos necesitamos. La historia de la humanidad ha sido demasiado masculina y, reconozcámoslo, no ha ido demasiado bien. Estoy convencido que una mayor presencia de la mujer en todas las instituciones relevantes las harán funcionar mucho mejor de lo que hasta hoy han hecho básicamente los hombres. Este es entre otros, uno de los grandes retos de nuestro siglo XXI.

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